1. Época de Cervantes. Marco histórico.

Miguel de Cervantes perteneció a las épocas del renacimiento y el barroco. Durante estas épocas existían aún influencias medievales del renacimiento y el barroco empezaba a substituir todo este arte medieval por un arte más recargado y exagerado lleno de detalles.

Aunque el Barroco estaba cerca, Miguel de Cervantes se educó siguiendo el culto humanista del Renacimiento.

Más tarde en su juventud se encontraría con una decadencia política y la contra reforma cristiana en la segunda mitad del siglo XVI y os primeros años del siglo XVII.

En esta época habían instituciones que fueron cogiendo gran poder. Un ejemplo es la iglesia, que impuso la inquisición. Muchos autores se vieron las caras con la inquisición y sus obras fueron prohibidas.


Cuadro representativo de la reforma cristiana, llamada reforma protestante.















1.1 El Renacimiento 

Historia y sociedad:

Carlos I continúa la línea de fortalecimiento del poder real de los Reyes Católicos; la monarquía autoritaria y centralista somete a la alta nobleza y a la Iglesia, aliándose con la baja nobleza. Respecto a lo social, destaca que el comercio se traslada del Mediterráneo al Atlántico. Y finalmente, en la parte religiosa y cultural, se distinguen dos etapas:
  • Con Carlos I, se expande el humanismo renacentista. 
  • Con Felipe II, está marcada por el movimiento conservador de la Contrarreforma.
A partir del descubrimiento de América, en 1492, el desarrollo comercial se centra en el eje Atlántico (Cádiz, Sevilla, Lisboa, América). El mantenimiento de un imperio tan grande y el esfuerzo de la colonización llevaron, a la larga, a diversas bancarrotas. Así pues, el s.XVI empieza con una decadencia económica y política, mientras que la cultura vive un período brillante.

Etapas:

Se pueden distinguir dos períodos que corresponden a los dos reinados que hubo; el de Carlos I y el de Felipe II.

  •    Época de Carlos I: Momento de esplendor político y económico. Carlos I reunió un imperio inmenso, ya que sumo Alemania a la herencia de los reyes Católicos y se convirtió en el emperador más poderoso de su tiempo. Desde el poder fomentó el clima de aceptación de las corrientes renacentistas y los contactos culturales con Italia y los Países Bajos. Su reinado supuso la aceptación del Renacimiento europeo y la asimilación del humanismo.
  •    Época de Felipe II: En los territorios que formaban parte del imperio se extiende el luteranismo, que desemboca en el protestantismo, a lo que España reacciona aliándose con el papado y se convierte en la defensora del catolicismo. Se inicia así el período conocido como Contrarreforma (etapa de desconfianza y de aislamiento del resto de Europa). Paralelamente se entra en un período de fervor religioso que da lugar a la aparición de una abundante literatura religiosa. En ese momento de afirmación cobran fuerza los valores hispánicos con la noción de cristiano viejo como el concepto de hidalguía, la honra y la obsesión por la limpieza de sangre.
La cultura renacentista:

La cultura renacentista refleja la asimilación del humanismo, que concibe al ser humano como eje del universo. Se admira la cultura clásica grecolatina (mitología, amor por la naturaleza y la belleza…); se confía en el pensamiento racional, y se defiende una nueva espiritualidad, basada en la experiencia individual.

Asimilación del humanismo; el humanismo comenzó a influir sobre la cultura hispana en el s.XV. Humanista era el intelectual que se interesa por todos los saberes y que se rige por la razón. Los humanistas se alejan de la cultura medieval, moldeada a partir de la visión judeocristiana, que concibe el mundo y la existencia humana como simple camino hacia la vida eterna.

  • El erasmismo; Erasmo de Rotterdam representó el arquetipo de humanista, y su influencia fue profunda en lo religioso y en lo cultural. La influencia de Erasmo fue intensa en toda Europa y en la corte de Carlos I. Su huella aparece en la nueva concepción religiosa, intimista y antiformalista, y en el uso de la sátira como instrumento para la crítica.
  • El hombre renacentista, el cortesano; el modelo de conducta social renacentista se encuentra expuesto en el libro El cortesano, de Baltasar de Castiglione, que fue traducido al castellano por Juan Boscán y tuvo una enorme difusión en la época.
Estética:

La estética del Renacimiento es clasicista. Por ello, se valora el equilibrio, la serenidad, lo armónico y lo natural. El arte renacentista recoge la idea de Aristóteles, según el cual las obras artísticas reflejan lo que en realidad tiene de bello; es decir, el arte estiliza la realidad, la embellece. El arte renacentista tiene, pues, una finalidad estética, ya que aspira a la belleza.


Hombre de Vitruvio. Leonardo da Vinci. Esta imagen nos representa
la éstética de aquellos tiempos. 
En la estética renacentista está muy presente una concepción del mundo derivada de Platón, y esta dice, que la belleza del mundo es un reflejo apagado de la belleza suprema que solo se encuentra en el mundo de las ideas. Esta es la base del amor platónico.

El esteticismo renacentista representa la desaparición del didactismo medieval, porque no pretende transmitir lecciones morales o sociales.



1.2 El Barroco 

El Barroco fue un período de la historia en la cultura occidental que abarcó todo el siglo XVII y principios del XVIII. Produjo obras en numerosos campos artísticos: literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, ópera, danza, teatro, etc. Se suele situar entre el Manierismo y el Rococó, en una época caracterizada por fuertes disputas políticas y religiosas entre países católicos y protestantes.

Como estilo artístico el Barroco surgió a principios del siglo XVII en Italia, desde donde se extendió hacia la mayor parte de Europa. Durante los siglos XVIII y XIX el término «barroco» tuvo un sentido despreciativo, con el significado de recargado, engañoso, caprichoso... Hasta que, a finales del siglo XIX, fue revalorizado. Algunos historiadores dividen el Barroco en tres períodos: «primitivo» (1580-1630), «maduro» o «pleno» (1630-1680) y «tardío» (1680-1750).

El término «barroco» se puede emplear tanto como sustantivo como adjetivo. Según este planteamiento, cualquier estilo artístico pasa por tres fases: arcaica, clásica y barroca. Ejemplos de fases barrocas serían el arte helenístico, el arte gótico, el romanticismo o el modernismo.

El arte se volvió más refinado y ornamentado. Predomina la representación realista: en una época de penuria económica, el hombre se enfrenta de forma más cruda a la realidad. Por otro lado, a menudo esta cruda realidad se somete a la mentalidad de una época turbada y desengañada, lo que se manifiesta en una cierta distorsión de las formas, en efectos forzados y violentos, fuertes contrastes de luces y sombras y cierto desequilibrio y exageración.



Ejemplo del arte barroco. La catedral de Santiago de Compostela.

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